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LA REGLA DE ORO DE LOS HÁMSTERES: UNO POR HÁBITAT
Muchas veces nos encontramos con personas de nuestro entorno, clientes y curiosos de los hámsters que se sorprenden al conocer la regla de oro de los hámsteres: solo puede haber uno por hábitat.
Con “hábitat” nos referimos al lugar donde vive el animal (mal llamado “jaula”), y esta sorpresa surge a raíz de que toda la vida heos visto varios hámsteres conviviendo en aparente paz en las pajarerías. Dejando a un lado que las instalaciones de estas tiendas comerciales no son aptos por sus medidas y elementos que contienen (como el sustrato), la razón de que no podamos tener más de un hámster por hábitat son muy simples, y todo radica en la territorialidad.
EL HÁMSTER, UN ANIMAL TERRITORIAL
No importa si tenemos entre manos un hámster sirio o alguno de las diferentes variedades enanas, el hámster es un animal solitario y territorial que defenderá su hogar con uñas y dientes de otros hámsteres.
A diferencia de las ratas, los ratones o las cobayas, los hámsteres no pueden vivir en grupos ni parejas. No importa si son padres e hijos, hermanos, del mismo o diferente sexo; tampoco importa si duermen juntos y en apariencia todo “va bien”, no debemos autoengañarnos y, antes de tener cualquier tipo de mascota, debemos informarnos correctamente sobre ella.
La gran mayoría de convivencias en pareja o grupales en los hámsteres terminan mal: estrés y sus enfermedades asociadas (“cola mojada”), peleas, mutilaciones, camadas indeseadas… Y canibalismo. Es muy común que en las tiendas convencionales (no las modernas, donde solo se vende lo que cría el propietario de la misma) podamos ver crías de diferentes días, animales con las orejas mordisqueadas, heridas y, en el peor de los casos, cadáveres prácticamente devorados.
SEAMOS DUEÑOS RESPONSABLES
La única razón para juntar dos hámsteres es el apareamiento intencionado, una actividad que debe realizarse desde el conocimiento y la responsabilidad, por lo que solo lo recomendamos a criadores éticos.
No. No podemos juntar a nuestros hámsteres para hacerles una foto.
No. No podemos permitir que vivan juntos por pena porque “se buscan”.
Si nos interesa que nuestro hámster esté feliz y pueda tener una vida larga y sana, tenemos que aceptar su naturaleza, y esa misma naturaleza no solo incluye el tipo de alimentación, como debe ser su hábitat (sobre el que podemos leer es el artículo “HÁBITAT CORRECTO PARA MI HÁMSTER”) o que debemos ganarnos su confianza poco a poco, sino también aceptar que son criaturas solitarias y la única compañía que necesitan es la nuestra
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