INTRODUCCIÓN

Las ratas pertenecen a la familia de los Muridae, concretamente al suborden de los Myomorpha; este grupo de roedores es el más amplio y cuenta con unas 650 especies de mamíferos. Originalmente se extendían por Euroasia, África y Australia, aunque en la actualidad es una especie cosmopolita (a excepción de los polos). En los Muridae se incluyen también a los ratones y semejantes. 

LOS CINCO SENTIDOS EN LAS RATAS

• LA VISIÓN EN LAS RATAS:  La visión de las ratas y de los humanos es semejante aunque difiere en algunos puntos.  Los seres humanos contamos con dos tipos de receptores de la luz: Los conos y los bastones; los primeros se encargan de la sensibilidad a la luz y el color, los segundos únicamente a la luz.  Las ratas en concreto son sensibles a dos colores (verde y azul) frente a los humanos que somos capaces de reconocer tres colores principales, todos los demás se mueven en diferentes gamas de gris siendo, lo más importante para ellas, el brillo de las sustancias u objetos que les rodean. La agudeza visual de las ratas es bastante pobre: 1 CPG en las pigmentadas y 0,5 CPG en las albinas; pero, ¿qué es un “CPG”? Un “CPG” es un “ciclo por grado” que es la fórmula para poder medir la agudeza visual de un individuo. Un ser humano medio tiene 30 CPG. 
  Por el contrario su campo de visión es muy amplio debido a la situación de sus ojos (a ambos lados de la cabeza), calculando la profundidad a través de movimientos de cabeza. 
  Como hemos comentado con anterioridad las ratas albinas poseen una visión extremadamente pobre, al no tener pigmentación en los ojos (el color rojizo no es un color, sino los capilares del ojo) estos se ven saturados de luz y, con el tiempo, la retina se debilita. Este tipo de animales, no tienen problemas para vivir el día a día ya que suplen la visión con el uso de todos sus demás sentidos, especialmente el olfato y los bigotes.  En el caso de las albinas debemos tener un cuidado especial con el sol directo o las luces excesivamente fuertes ya que, aun siendo “casi ciegas” pueden sentir una fuerte molestia o dolor ante este elemento. 
  
  
• EL OÍDO EN LAS RATAS: A diferencia de los animales más grandes en los que la distancia entre los pabellones auditivos es amplio, en las ratas y animales de pequeño tamaño esta es mucho más reducida y, aunque son capaces de escuchar los sonidos que tienen a su alrededor mucho más deprisa, no son tan buenos localizando la procedencia de estos.
  En el caso de las ratas de fantasía que tienen variedad de formas de pabellón auditivo la forma de estos no influye en la audición.
  La sordera en estos animales no es común pero puede presentarse, especialmente de forma genética (transmitida de antepasados a descendientes); al igual que las “ciegas” o “casi ciegas” las ratas sordas tienen una gran capacidad de adaptación al medio y puede vivir con ayuda de sus demás sentidos. Desde mi punto de vista en este caso (al igual que con los ciegos) la forma de acercarse o tocar al animal es importante para evitar que se asusten y actúen a la defensiva.
  
  
• EL OLFATO EN LAS RATAS: El olfato funciona de la siguiente maneras: El aire entra en el cuerpo a través de las fosas nasales y, tras encontrarse con los receptores olfativos viajan al cerebro, donde este forma una imagen (o serie de imágenes) con la que relaciona el olor. En el caso de las ratas tienen una segunda forma de “oler”, y es a través de un delgado “túnel” situado junto a la caña nasal, a través de este, bien al lamer u oler, las ratas permiten que el “olor” se pegue a dicho “túnel” y acceda hasta el “órgano vomeronasal”. La principal función de este órgano es la de detectar hormonas y es esencial para vivir y relacionarse correctamente. Estas hormonas se encuentran en las heces, la orina o cualquier glándula de la piel; la forma más común es mediante la orina, tanto los machos como las hembras en edad fértil marcan mucho, siendo más común en el caso de las hembras que suceda antes de entrar en celo. Estas señales químicas son muy importantes y dan mucha información sobre otras ratas: ¿Qué sexo es? ¿Cuál es su estado reproductivo? ¿Te conozco? ¿Quién eres? 
  
• EL GUSTO EN LAS RATAS:  Las ratas son “exigentes” y el sentido del gusto es imprescindible para realizar varias tareas, pero una de ellas es el controlar que aquello que comen es de calidad. La rata es un animal omnívoro (come de todo) y esto, en la naturaleza, puede ser peligroso, dado que tienen que ir probando todo aquello que creen “comestible”; en cautividad esto no sucede ya que un propietario concienciado siempre les dará alimentos que sean beneficiosos para ellos. Al igual que los humanos las ratas son capaces de distinguir los mismos sabores: Salado, dulce, amargo, ácido y “umami” (como el glutamato monosódico). En el caso de las recién nacidas estas suelen adquirir los “gustos” de la madre (a través de la lactancia materna) y es común que, una vez llegados a la edad adulta, tengan gustos parecidos a ella. 
  Así mismo, el sentido del gusto les advierte de posibles “peligros”, puesto que si un alimento les ha hecho daño con anterioridad no volverán a comerlo, al asociarlo con dolor o enfermedad. 
  
• EL TACTO EN LAS RATAS: Los bigotes en las ratas crecen a ambos lados de la nariz, en las cejas, mejillas y alrededor de la boca (un poco más cortos) y son importantes para diversas funciones.Estos se forman en el embrión sobre los once o doce días de gestación pero no es hasta los doce días tras el nacimiento que la rata puede moverlos. Cada vez que uno de estos bigotes se dobla envía un mensaje al córtex barrel (una parte del cerebro) y este crea un mapa que descodifica para entender lo que sucede, por eso para ellas son importantes pero, ¿qué sucede si pierden uno? En ese caso la zona del cerebro que procesa los mensajes enviados por ese bigote se adapta, las demás (todavía presentes) se hacen más amplias para “trabajar por ese bigote” y, una vez que este vuelve a crecer el cerebro se adapta de nuevo. En el caso de las ratas de bigotes rizados al ser algo “natural” para estas ratas (nacen con ello) sus cerebros están adaptados a esta singularidad, aunque sus mundos serán un poco más limitados que aquellas ratas que tienen bigotes normales. 

LA COLA DE LAS RATAS

La cola de las ratas está formada por hueso (proveniente de la columna vertebral), tendones, vasos sanguíneos y piel. Pero, ¿qué función tiene la cola en esta animales? 

En las ratas la cola tiene dos funciones principales, la primera es la de regular la temperatura corporal (un 17-19% del calor corporal) y el segundo es el ayudar al equilibrio al subir por cuerdas, muros… Mantiene la función de ser el contrapeso de la rata, evitándole caer con facilidad, y ayudándoles a cambiar ligeramente su centro de gravedad.

Puede ser que nos encontremos con ratas que no poseen cola (bien de nacimiento o debido a algún suceso traumático), en este caso el poder de regulación de temperatura de la rata merma y no solo su temperatura corporal es más alta de forma habitual sino que, para bajarla, tardará más tiempo. 

LOS DIENTES DE LAS RATAS

Las ratas cuentan solo con dos tipos de dientes: Incisivos y molares. Estos dientes son únicos a lo largo de su vida y son realmente fuertes. 

Los incisivos se encuentran en la parte frontal de la cara, son cuatro, estrechos y largos, pero los superiores son más cortos y amarillentos que los inferiores. Estos surgen a los 8-10 días después del nacimiento y tienen un crecimiento constante a lo largo de la vida del animal (por eso roen y es tan importante que puedan hacerlo), renovándose por completo al cabo de 40-50 días, pero el cuánto tardan en renovarse depende mucho de su alimentación y de los objetos que roen, dado que un desgaste mucho más rápido (roer cosas de gran dureza) provocará un crecimiento mucho más rápido. 

Pero, ¿por qué los dientes de las ratas son de color amarillo? Esto es debido al esmalte que, además, es muy duro; a lo largo de la vida de la rata este va cambiando de color, comenzando por los incisivos superiores a los 21 días de vida mientras que los inferiores comienzan a los 25 días; los incisivos superiores siempre serán de un tono más intenso que los inferiores, llegando a un tono anaranjado-amarillo en la edad adulta.