¿QUÉ ES EL ALBINISMO?

El albinismo en animales —incluido el ser humano— sucede por la herencia de una copia alterada del gen encargado de regular la producción de los pigmentos. Generalmente, la presencia de un alelo viable de ese gen es suficiente para que suceda la pigmentación, por lo que el albinismo suele ser una condición genética asociada a una homocigosis recesiva, es decir, que en las dos copias de cromosomas, para que se produzca el albinismo, el gen debe estar alterado.

Esto implica no solo que deba producirse —o heredarse— la mutación, sino que debe suceder en las dos copias de cromosomas, los de origen paterno y materno. De modo que dos individuos con pigmentos normales pueden tener un hijo albino —si ambos son portadores de una copia mutada del gen—, pero dos ejemplares albinos no pueden tener un hijo de pigmentación normal.

¿CÓMO SE PRODUCE EL ALBINISMO?

El albinismo es una condición genética recesiva que existe y está documentada en prácticamente todas las especies animales. La causa genética del albinismo es heterogénea pues hay más de 18 genes1 cuyas mutaciones, en recesividad, están asociadas a esta pérdida o disminución característica de la pigmentación. La causa más frecuente de albinismo en animales, también en roedores, es la aparición de mutaciones en el gen de la tirosinasa (uno de los 18 genes asociados a albinismo), que codifica para una proteína esencial en la síntesis del pigmento, de la melanina. Sin tirosinasa no es posible sintetizar pigmento, por ello los mutantes en el gen de la tirosinasa manifiestan albinismo, en grado diverso, en función de la actividad enzimática residual que quede en la proteína mutada. 

El pigmento, la melanina, se produce en dos tipos de células muy específicos, los melanocitos y las células del epitelio pigmentado de la retina, estas últimas derivadas de la misma copa óptica y por lo tanto del cerebro, del sistema nervioso central. Los melanocitos derivan de la cresta neural y, a lo largo del desarrollo embrionario migran y se diferencian hasta colonizar muchas partes del cuerpo, como por ejemplo el coroides, la cóclea, las válvulas cardíacas, los bulbos capilares, el iris, y la piel. Dentro de estas células pigmentarias existen unos orgánulos especializados, derivados de los lisosomas, denominados melanosomas, que es donde se acumulan la mayoría de las proteínas implicadas en la biosíntesis de la melanina. En roedores adultos, los melanocitos de la piel se acumulan preferentemente en los bulbos capilares, de ahí que, la piel de estos animales, debajo del pelaje, tenga el color rosado característico. Por el contrario, los humanos tenemos distribuidos los melanocitos tanto en los bulbos capilares como en la epidermis3.

¿EL ALBINISMO PUEDE TRAER PROBLEMAS?

Depende del animal que tengamos entre manos, el albinismo puede traer ciertas consecuencias en la salud y, en otros, estas son mínimas. 

Por ejemplo, en el caso de los perros, la ceguera total o parcial y la sordera son problemas muy comunes, mientras que en los conejos la sordera no es tan habitual. El problema más generalizado es la sensibilidad de la piel y los ojos a la luz solar, esto debido a que al no tener melanina no pueden procesarla bien y esta resulta especialmente molesta a la vista, por lo que se recomienda el uso de gafas solares de protección en los perros y, en el caso de los conejos, permitir que hagan ejercicio en zonas de sombra o cuando los rayos del sol son lo más suaves posibles. 

En lo que respecta a la piel, los animales albinos son especialmente propensos al cáncer de piel por la exposición sin protección a los rayos solares; esto es menos frecuente en los animales de pelo medio y largo porque el pelaje crea una capa de protección pero, si nuestra mascota tiene el pelo corto o raso, será recomendable no exponerlo a los rayos del sol directos o ponerles algún tipo de ropa de algodón que frene los rayos solares. 

EL ALBINISMO EN LA CRÍA RESPONSABLE

En lo que respecta a la cría responsable de mascotas, el albinismo en los perros y los gatos está prohibida en los clubes y, de surgir, ese ejemplar en concreto no puede ser inscrito y lo habitual es que sea dado en adopción con compromiso estricto de castración. En las pequeñas mascotas como los conejos, las cobayas, las ratas o los hámsteres el albinismo es muy común y, aunque no es un color "popular" entre los compradores si que lo es entre los criadores, siendo especialmente interesante en razas conejos como el Teddy Lop o el Angora Inglés, donde los ejemplares REW (albinos) suelen ser los que tienen mejor pelaje de todos (largo y abundante).

EL REW (BLANCO DE OJOS ROJOS), EL HIMALAYA Y EL BEW (BLANCO DE OJOS AZULES) EN LAS PEQUEÑAS MASCOTAS

En las pequeñas mascotas (conejos, cobayas...) podemos encontrar tres tipos diferentes de albinismo:

• REW (Blanco de ojos rojos): Es el albinismo completo, caracterizado por animales blancos de ojos rosas y uñas despigmentadas. 
  
  
• HIMALAYA: Es un albinismo parcial en el que los conejos son blancos con puntos fijos del cuerpo coloreados y ojos rosas. Los puntos fijos coloreados en estos animales son las orejas, la nariz, las manos, los pies y la cola, los cuales se pueden presentar en color negro, azul chocolate y lilac. Es un color termosensible que, con el calor, puede desaparecer hasta que el animal se muestra completamente blanco, siendo la mejor época el invierno, cuando los puntos de color se muestran más fuertes e intensos. 
  
  
• BEW (Blanco de ojos azules): Es un albinismo incompleto fruto del gen vienna, el animal hereda dos copias del gen vienna de sus padres y se muestra como un ejemplar de color blanco con los ojos de color celeste brillante. 
  El color REW y el BEW no pueden cruzarse entre ellos, ya que daría lugar a animales de ojos "violeta" (azules con reflejo rojo), lo que no está permitido en ninguna raza. 

CONCLUSIÓN

El albinismo en los animales es un arma de doble filo y, si deseamos iniciarnos en el mundo de la cría o abrir las puertas de nuestra vida a un animal albino, nos guiaremos siempre por un criador especialista y un veterinario de confianza que nos aconseje en su correcto manejo, en especial en el caso de los perros o los gatos.