¿QUÉ ES UNA MACROGRANJA DE MASCOTAS?

Todos hemos oído, visto o escuchado acerca de las macrogranjas de vacas o cerdos a través de asociaciones ecologistas o noticias. Lugares donde se crían miles (o millones) de animales destinados al consumo tanto humano como animal, en algunas macrogranjas, los animales viven en unas condicionas un poco más dignas, en otras deplorables pero el fin es el mismo: una cría intensiva y continuada. 
En el caso de las mascotas, podemos encontrar lo mismo: grandes "fábricas" cuyo destino es un poco diferente al de los pollos o los cerdos: las tiendas tradicionales de mascotas (existen otro tipo de tiendas que conocemos como "tiendas no convencionales de mascotas", de las que hablaremos en otro artículo). 

Este tipo de granjas son conocidas mayoritariamente en lo que respecta a los perros, siendo grandes ejemplos las "granjas de cachorros del este" que crían grandes cantidades de cachorros para su exportación; animales mestizos y de bajísima calidad, con padres sin pruebas de salud (ni hereditarias ni de ningún tipo), madres que crían en cada celo, con enfermedades mentales heredadas de sus padres (como las fobias o la agresividad) o adquiridas debido a un trabajo de socialización nulo o nefasto. La cereza del pastel, es que estos cachorros son destetados prematuramente y, eso no solo empeora los posibles problemas mentales que ya tienen al no poder aprender de su madre ni hermanos, sino que potencia al máximo las probabilidades de que enfermen o mueran prematuramente. 

(ARRIBA: Granja de perros en un país de Europa del Este)

En lo que respecta a las pequeñas mascotas (conejos, cobayas, hámsteres, ratas, ratones...) las macrogranjas son más escasas, pero su presencia es muy fuerte en la sociedad y, como es de esperar, se convierten en la "cara" de la cría: la cara negativa, la cara negligente, la cara que todos señalan y salpica a los que no debe. Se estima que en España solo una macrogranja de mascotas cría una media de un millón de animales al año, animales mestizos, muchos con problemas de salud hereditario como la maloclusión y socialización pobre o nula.

¿De verdad alguien piensa que se puede mantener en perfecto estado, conocer, socializar y querer a más de un millón de animales y a sus respectivos padres? No, no se puede.

A día de hoy, este tipo de instalaciones gigantes están muy bien vistas por las autoridades gubernamentales, dándoles todas las facilidades porque atraen dinero a la zona (en cierto modo).

LOS CRIADORES ÉTICOS

¿Existen los criadores éticos? Muchas personas afirman que ningún tipo de cría es ética pero, a diferencia de lo que estas personas repiten como un mantra, convencidos hasta la médula, sí que existen los criadores éticos y, por lo tanto, sí que existe la cría ética. 
Un criador ético es un artista, un conservacionista, un devoto, un estudioso y un esclavo. 
El fin de la cría en los animales (sea cual sea el animal en cuestión) es conservarlo entre nosotros, permitir que las generaciones futuras puedan disfrutar de su esencia, de su belleza, de su comportamiento y aptitudes. El criador ético, se enamoró un día de una raza o especie animal en concreto, comenzó a leer, a preguntar, a informarse y, una vez compartió su vida con esa raza o especie, sintió que el veneno del mismo le caló hasta los huesos, se le enganchó al alma y no volvió a soltarlo jamás; es una persona que decidió dedicar su esfuerzo, dinero, hogar y tiempo libre a contribuir a eso mismo que le enamoró.

Para el criador ético, el bienestar de sus animales es lo primero, por lo que procura tenerlos cerca y, la opción favorita a nivel europeo y estadounidense, es tenerlos en casa; la gran mayoría de criadores éticos se niega a tener a sus animales en medio del campo en una nave industrial, para empezar porque son parte de su familia y, además, es mucho más complejo poder atenderlos al no estar 24/7 con ellos, no poder vigilarlos correctamente... 

(Conejo enano reproductor de raza Teddy Lop en Francia, propiedad de una criadora ética)

Los animales de un criador ético viven en instalaciones cómodas, seguras y limpias (con medidas apropiadas dentro de las posibilidades de cada uno), parques donde hacer ejercicio, contacto con el sol, la familia, otros animales... 
La socialización que se realiza desde el momento del nacimiento, el esfuerzo para sacar adelante a alguna cría que tiene problemas (pero que no quieren que fallezca sin intentarlo todo antes), las pruebas de salud, la alimentación, el cariño... 
Un criador ético jamás explota a sus animales, dejándoles largos periodos de descanso entre un parto y otro (en el caso de las conejas, muchas de ellas crian un par de veces en su vida reproductiva, que va de los 6 meses a los 4 años) o incluso crían una sola vez; y, el fin de todo, no es el lucro (un criador ético jamás recupera el dinero que invierte en una camada o un animal) sino el poder disfrutar de sus animales, verlos crecer con amor y poder hacer feliz a una familia. 

LA IMPORTANCIA DE LOS CLUBES DE RAZA O ASOCIACIONES EN LA CRÍA ÉTICA

Las asociaciones de criadores y los clubes de raza tienen una gran importancia dentro de la cría ética. No solo denuncian socialmente a través de la información las más que cuestionables prácticas de las macrogranjas, indican a sus socios como deben mantener, cuidar y realizar su labor desde un punto de vista profesional, guiados por asociaciones más grandes (la mayoría, alemanas o británicas): qué tipos de cruces pueden o no hacer por la salud del animal, el tamaño mínimo que deben tener las instalaciones según la raza, qué animales no deben criar y deben ir solo para mascota, alimentación, salud, peluquería, formas de identificarlos... 

Las asociaciones y clubes de raza, a nivel público, son magníficos puntos de información a los que acudir cuando estamos interesados en adquirir una nueva mascota (sea a través de la compra o de la adopción): ¿qué cuidados específicos requieren? ¿hay alguna prueba de salud que debamos pedir al criador o que deberíamos considerar hacer aun siendo nuestra mascota adoptada? (como prevención), ¿mi estilo de vida puede adaptarse a sus necesidades? 
La información, es clave para evitar llevarnos sorpresas desagradables. 

LA CRÍA ÉTICA Y LA PROBLEMÁTICA DEL ABANDONO

A nivel mundial (no solo español) hay una problemática importante en lo que respecta al abandono de mascotas, siendo la pérdida de interés, la pérdida de poder adquisitivo o de la salud del cuidador y los problemas de comportamiento, algunas de las causas más frecuentes. 
Entonces, ¿por qué criar correctamente a un animal si hay muchos buscando un hogar?
Ante todo, recordamos que en España no hay ningún tipo de cifras oficiales de animales abandonados, sino que se hacen en base a lo declarado por los diferentes servicios de protección animal.

Aunque muchas personas no quieran creerlo, la cría ética es una de las mejores bazas para terminar con el abandono. ¿Por qué? Porque tratamos con gente experimentada, que cría a muy baja escala y procura mantener un contacto estrecho con las familias de los animales que ellos mismos han criado. 

Son animales que se entregan siempre identificados (el método, depende del tipo de animal, siendo la primera opción el microchip), una identificación que va a una base de datos gubernamental (como el RIACA) o privada (de un club) enlazada a los datos del propietario: nombre, dirección, DNI... y, en el caso de encontrar abandonado a ese animal, se convierte en un importante punto de partida para encontrar al causante de ello. 
Los problemas de salud o comportamiento son casi inexistentes (dejando a un lado que el animal pueda sufrir negligencias psicológicas una vez son entregados, que alteren el trabajo hecho por el criador), precisamente porque un criador ético, a diferencia de una granja de mascotas, se niega a criar con cualquier tipo de animal sin más: si tiene un problema de salud que es transmisible a su prole, da igual lo bonito que sea, no sirve, debe ser un animal destinado solo a la compañía por lo que se da en adopción. 
Y, por último, siempre se le recuerda a la familia (de palabra o mediante un contrato) que si tienen que separarse de ese animal por la razón que sea (en especial, desde el punto de vista económico y de salud) deben devolvérselo al criador para que este le encuentre un hogar o, en su defecto, comunicarle con quién va a vivir el animal a partir de ahora y darle todos los datos de esa persona para poder cambiar los del registro, ¿qué pasa si no lo hace y el nuevo segundo propietario comete una negligencia importante? Que el problema es para el primer propietario, porque consta que es el dueño legal del animal.

Por lo tanto, ¿tienen que estar enfrentadas las protectoras y los criadores éticos? No, en absoluto. A ambos les gustan los animales, a ambos les interesa su bienestar; es bastante complejo (no imposible) encontrar abandonado un animal de raza certificada (con pedigri), proveniente de un criador ético y aun más identificado de origen. 
Como dato interesante, más de un criador de pequeñas mascotas (conejos, cobayas, ratas...) dona a final de año un porcentaje de sus ventas (en torno al 10% de las ganancias anuales) a una o varias protectoras locales para que continúen cumpliendo maravillosa su labor, ayudándoles con las facturas derivadas de la irresponsabilidad de la gente. 

EL PROPIETARIO ES EL ÚNICO RESPONSABLE

Vivimos en una era donde es muy fácil acceder a la información (buena o mala, pero es accesible), pero hay algo curioso que, en lo que respecta a ciertas razas caninas de moda y las pequeñas mascotas, continua siendo igual sin importar cuánto tiempo pase: la gente no se informa. Es como si les diera calambre o pereza tomar un libro, visitar la web de un club de raza o acercarse a las exposiciones y ferias de mascotas para informarse bien de las necesidades y características del animal que tanto les gusta. 

Es un animal precioso que roba todas las miradas. Es un animal talentoso que hemos visto realizar mil y un trucos en YouTube. Es un animal imponente que nos hace sentir seguros. Es un animal adorable y tierno que nos enamora en Instagram. 
Pero, ¿cuál es la cara B de todo eso? ¿Cómo debo mantenerlo para que esté precioso y sano? ¿Qué debo hacer para entrenarlo? ¿Qué pasa si ese animal imponente y protector se me va de las manos y se convierte, por MI negligencia, en un peligro? 

Hay que educar a la población desde un punto de vista profesional: veterinarios, criadores, adiestradores... 
Cuando tú cometes una negligencia y nadie te ha informado de nada (cosa que pasa en muchas tiendas tradicionales de mascotas, cuyos empleados no tienen ningún tipo de conocimiento de peso que ofrecer al cliente; ya no hablemos de las macrogranjas...) eres un ignorante pero, si se te ha informado correctamente de palabra y por escrito, y cometes la negligencia porque te da igual, ya no eres un ignorante, eres un incompetente. 

El futuro del verdadero bienestar animal es la CORRECTA educación del pueblo (en especial, de los niños), el trabajo conjunto de las asociaciones protectoras y las asociaciones de criadores éticos y, por supuesto, el reconocimiento de los beneficios de la cría ética a pequeña escala (familiar) frente a las grandes factorías.