Su nombre ya lo dice todo: el conejo azul de Viena proviene de Austria. No solo es precioso por su brillante pelaje...
Qué duda cabe que estas situaciones nos pueden causar una enorme tristeza, pero peor que una muerte inevitable es prolongar una vida de sufrimiento y dolor. Poner fin a esa situación es, siempre, la última de las alternativas que se debe tomar, pero siempre tras una debida valoración profesional veterinaria.
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