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LA DECISIÓN MÁS DURA: EL SACRIFICIO
INTRODUCCIÓN
En ocasiones, nuestros animales de compañía sufren dolencias relacionadas con su avanzada edad, enfermedades o accidentes que producen un dolor y un sufrimiento incompatible con una vida digna.
Qué duda cabe que estas situaciones nos pueden causar una enorme tristeza, pero peor que una muerte inevitable es prolongar una vida de sufrimiento y dolor. Poner fin a esa situación es, siempre, la última de las alternativas que se debe tomar, pero siempre tras una debida valoración profesional veterinaria.
¿QUÉ ES EL SACRIFICIO HUMANITARIO EN ANIMALES?
La eutanasia en animales consiste en la acción profesional, realizada por un veterinario, en la que se provoca la muerte a un animal mediante un proceso humanitario sin padecimiento ni dolor, en la que el animal queda inconsciente hasta su muerte.
La eutanasia paliativa precisa de la valoración previa del veterinario, el cual, bajo su criterio y control, tras realizar las oportunas pruebas, exámenes, bajo su diagnóstico experto, verifica y certifica que el animal se halla en una situación de padecimiento severo, continuado y sin posibilidad de cura o recuperación. Sólo en esos casos el profesional veterinario indica justificadamente la idoneidad de poner fin a la vida del animal.
¿CÓMO ES EL PROCESO DE SACRIFICIO HUMANITARIO EN ANIMALES?
Tras haberse realizado las debidas valoraciones por el profesional veterinario que conducen a recomendar este paso ante el padecimiento severo y la imposibilidad de cura, se lleva a cabo la emisión del consentimiento del titular del animal de compañía.
Sólo tras ello comienza el procedimiento que sigue siempre la misma pauta, con pasos muy definidos.
Este procedimiento no dista mucho de los pasos previos en la anestesia de cualquier intervención quirúrgica, por lo que el animal no siente dolor o molestias durante el acto, algo que hay que tener muy presente.
Los pasos que se dan son los siguientes:
- COLOCACIÓN DEL CATETER INTRAVENOSO: Normalmente se coloca en una de las patas del animal con el objetivo de tener fácil acceso al torrente sanguíneo y aplicar los fármacos de manera más rápida por vía intravenosa
- INYECCIÓN DEL FÁRMACO HIPOTENSOR: Se administra a través del catéter. Se suelen emplear los mismos medicamentos que se utilizan en los protocolos anestésicos frente a cualquier intervención quirúrgica habitual.
- ANESTESIA PROFUNDA: Tras esperar unos 10-15 minutos a que el animal esté tranquilo, mediante medicamentos se introduce al animal a un plano anestésico más profundo.
- ADMINISTRACIÓN DE LA EUTANASIA: Finalmente, se vuelve a esperar a que el medicamento haga efecto y se comprueba que el animal está en un plano anestésico profundo. Entonces, se procede a la administración de la eutanasia paliativa.
¿PUEDEN SACRIFICARSE ANIMALES SANOS?
Con carácter general, el sacrificio de animales está prohibido salvo la eutanasia paliativa que hemos visto, o salvo por motivos de seguridad de personas o animales, o de existencia de riesgo para la salud pública debidamente justificado por la autoridad competente.
Particularmente, y como indica la nueva Ley de Bienestar Animal, está expresamente prohibido el sacrificio en protectoras, clínicas veterinarias y núcleos zoológicos por cuestiones económicas, de sobrepoblación, carencia de plazas, imposibilidad de hallar adoptante en un plazo determinado, abandono del responsable legal, vejez, enfermedad o lesión con posibilidad de tratamiento (ya sea paliativo o curativo), por problemas de comportamiento que puedan ser reconducidos, así como por cualquier otra causa asimilable a las anteriormente citadas.
Por tanto, vemos que con esta prohibición el legislador ha querido abordar una materia especialmente polémica y difícil, como son las situaciones de sacrificios por motivos económicos, desbordamiento de protectoras, abandonos o vidas recuperables, y lo hace sin medias tintas estableciendo una prohibición total al respecto y calificando como infracción muy grave (con multas de entre 50.001 a 200.000 euros).
¿QUÉ PUEDO HACER DESPUÉS DE TENER QUE SACRIFICAR A MI MASCOTA?
Llegados a este punto podemos optar por la opción de llevarnos el cuerpo de nuestra mascota o dejarlo en la clínica veterinaria. Cuando una mascota fallece no puede tirarse a la basura como tal (está prohibido porque podrían ser focos de infección importantes), sino que tenemos que deshacernos de ella debidamente, bien a través de veterinario o a través de las diferentes funerarias de mascotas que podemos encontrar en el mercado.
El veterinario (por regla general) acudirá a los servicios de recogida de mascotas fallecidas del ayuntamiento y mantendrá el cuerpo bien empaquetado en un congelador para evitar su degradación, o llamará a la funeraria si los dueños han solicitado y pagado dicho servicio.
En el caso de que el animal haya fallecido en el hospital veterinario (muchos pertenecen a las facultades de veterinaria) se puede proceder a ceder el cuerpo para su estudio, sobre todo en casos extremadamente complejos o que han resultado insólitos para el profesional.
CONCLUSIÓN
Despedirnos de nuestra mascota siempre es un momento duro, y que en los casos más delicados se transforma en una muestra de amor y responsabilidad hacia nuestro animal, ya que nos da la oportunidad de liberarlo de su dolor y de una vida miserable que no puede ser mejorada de ninguna forma.
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