Su nombre ya lo dice todo: el conejo azul de Viena proviene de Austria. No solo es precioso por su brillante pelaje...
El albinismo en animales —incluido el ser humano— sucede por la herencia de una copia alterada del gen encargado de regular la producción de los pigmentos. Generalmente, la presencia de un alelo viable de ese gen es suficiente para que suceda la pigmentación, por lo que el albinismo suele ser una condición genética asociada a una homocigosis recesiva, es decir, que en las dos copias de cromosomas, para que se produzca el albinismo, el gen debe estar alterado.
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