Su nombre ya lo dice todo: el conejo azul de Viena proviene de Austria. No solo es precioso por su brillante pelaje...
EL DOGO DE BURDEOS
INTRODUCCIÓN
El dogo de Burdeos es una raza de perro de origen francés; forma parte de la gran familia de los dogos. Es un perro de gran fuerza y potencia, con un carácter firme y decidido que lo convierten en un gran perro guardián.
LA HISTORIA DEL DOGO DE BURDEOS
Cuando las civilizaciones del Antiguo Oriente Próximo establecieron las primeras economías de producción, racionalizaron el uso de los perros, entre otras innovaciones, para optimizar su eficacia en dos funciones diferentes: la protección, por un lado, y la caza a la vista, por otro. Ciertos sectores de la población canina han perdido así la versatilidad intrínseca del perro primitivo. Las nuevas formas son siempre el resultado del progreso en la funcionalidad.
Estos primeros morfotipos especializados se orientaron, por selección empírica, en direcciones anatómicas opuestas. En el galgo, las proporciones se aligeraron y se estiraron verticalmente, para ganar velocidad en la persecución de presas rápidas. En el lebrel, un engrosamiento horizontal de la forma, con un notable aumento del volumen corporal y cefálico. La morfología se vuelve más compacta y poderosa. Combinada con la selección morfológica, la conformación de ciertos patrones de comportamiento, en este caso un aumento de la agresividad territorial, confiere a estos perros una mayor eficacia en la protección de rebaños y propiedades, pero también en la caza de grandes depredadores. En el Antiguo Oriente Próximo, esta caza se realizaba con fines de defensa preventiva, pero también de prestigio, sobre todo en el caso del león. La analogía entre el león y el moloso que se le enfrenta es una figura iconográfica y lingüística muy antigua, establecida en todo el ámbito de aparición del moloso, y que tendrá una fructífera posteridad mucho más allá. Las orejas redondeadas, la expresión asustadiza e incluso la melena constituyen un código estilístico que ha perdurado en el arte occidental y oriental hasta la época clásica.
Las civilizaciones de la antigua Eurasia desarrollaron el uso de este morfotipo y sus variedades. La difusión del Moloso pudo verse facilitada por los intercambios culturales y comerciales, pero cuando se trata de la raciación canina, unos requisitos funcionales idénticos pueden conducir a la aparición y el desarrollo de formas similares en varios ámbitos geoculturales: se trata de la convergencia adaptativa; en el ámbito de la agricultura y la cría (como en otros), son las prácticas las que pueden viajar, no necesariamente las plantas o los animales en sí. Por eso, aunque puede afirmarse que fue en el Próximo Oriente Antiguo donde apareció por primera vez el moloso, es poco probable que los modelos de todas las épocas posteriores desciendan únicamente de la manada de molosos del Próximo Oriente.
Los autores antiguos también citaban modelos griegos, romanos y celtas. La variedad más famosa, el «moloso», toma su nombre de los molossoi, un pueblo del Epiro (noroeste de Grecia). La iconografía romana muestra que los molosos, con las orejas y el rabo frecuentemente recortados (a veces provistos de una barriga protectora), se utilizaban para cazar jabalíes. Los romanos también utilizaban perros carniceros para manipular y sujetar el ganado durante el sacrificio. Los perros de pelea, una versión espectacular de las funciones molosoides, están atestiguados en el Imperio Romano, pero sus antecedentes podrían remontarse a la antigua Mesopotamia. Por otra parte, la llamada función guerrera del moloso parece ser más legendaria que documentada; probablemente se trate de fragmentos de antiguos mitos y folclore de ciertos pueblos indoeuropeos, en los que el guerrero se asimila metafóricamente a un perro feroz, que los autores grecorromanos reciclaron sin descifrar su significado.
En el Occidente medieval, el perro guardián de rebaños, granjas y otras propiedades, en francés mâtin o gaignon (de gaigne, cólera), estaba dotado de rasgos más o menos fuertemente molosos. Como perro de carnicería, se utilizaba para espectáculos espectaculares contra toros, a veces osos e incluso otros animales. Aunque no es exclusivo de Inglaterra, es popular allí desde al menos el siglo XII. En cuanto al moloso de caza, miembro de las jaurías señoriales y utilizado para ayudar a los sabuesos en cacerías peligrosas (lobo, oso, jabalí), es de tamaño relativamente ligero para una mayor velocidad, al tiempo que conserva una cabeza fuerte con una mandíbula ancha para un agarre sólido de los animales.
El nombre francés del moloso de caza es alan, que, contrariamente a lo que se cree a menudo basándose en una analogía fonética, probablemente no tiene nada que ver con el pueblo caucásico de los alainos que emigró hasta la Galia y el norte de África en el siglo IV. Es más probable que alan (también escrito allan o allant, ortografía no muy fija en la época) sea simplemente el gerundio del verbo aller, como nos permiten deducir diversas fuentes posteriores: «chien allant c'est à dire qui par chemin détourne les bestes» (René François, Essay des Merveilles de Nature, 1625); En su Cours d'Agriculture (1781), el abate Rozier, profesor de la Escuela Veterinaria de Lyon, explica que entre los perros de caza se encuentran los grandes «allans», los «trouvans» con un sutil sentido del olfato, y los «battans» que cubren mucho terreno en poco tiempo. El alan se menciona en el Livre de la chasse del conde de Foix Gaston «Phebus» (1387); esto no significa que los perros del conde, por su situación geográfica, deban considerarse necesariamente antepasados del dogo de Burdeos. El linaje histórico y el linaje genético, a siglos de distancia, no se superponen; son los morfotipos los que se perpetúan.
El nombre francés del mastín de caza es alan, que, contrariamente a lo que se suele creer basándose en una analogía fonética, probablemente no tenga nada que ver con los alanos caucásicos que emigraron a la Galia y al norte de África en el siglo IV. Es más probable que alan (también escrito allan o allant, ortografía no muy fija en la época) sea simplemente el gerundio del verbo aller, como nos permiten deducir diversas fuentes posteriores: «chien allant c'est à dire qui par chemin détourne les bestes» (René François, Essay des Merveilles de Nature, 1625); El abate Rozier, profesor de la Escuela Veterinaria de Lyon, en su Cours d'Agriculture (1781), explica que entre los perros de caza se encuentran los grandes «allans», los «trouvans» con un sutil sentido del olfato, y los «battans» que cubren mucho terreno en poco tiempo. El alan se menciona en el Livre de la chasse del conde de Foix Gaston «Phebus» (1387); esto no significa que los perros del conde, por su situación geográfica, deban considerarse necesariamente antepasados del dogo de Burdeos. El linaje histórico y el linaje genético, a siglos de distancia, no se superponen; son los morfotipos los que se perpetúan.
La palabra perro se introdujo en francés a finales del siglo XIV, deletreada dogue, durante la Guerra de los Cien Años. En inglés, probablemente se refiere a los mastines, ya que procede de taka, una palabra del nórdico antiguo, la lengua de los conquistadores vikingos de Inglaterra, que significa tomar (de ahí el verbo inglés to take). Se trata, por tanto, de perros que «toman». La palabra eclipsó a la antigua palabra inglesa para perro, hound, que sólo se utilizaba para los sabuesos de la élite social. En Francia, la palabra se importó junto con los perros a los que se refería. En 1478, por ejemplo, las cuentas del Hôtel du roi de France de Luis XI mencionan «grans dougues venuz d'Angleterre», a priori para la caza. El gusto particular de Inglaterra por las corridas de perros y toros condujo sin duda a su selección. En 1690, el diccionario de la Académie Française afirmaba que el gran danés era «un mastín utilizado para vigilar las casas, o para lidiar toros y otras bestias». Los hermosos mastines proceden de Inglaterra.
Los autores y naturalistas de la época clásica diferencian entre el mastín, que es grande y se utiliza para guardar casas y rebaños en regiones donde aún hay muchos lobos, el gran danés «de raza fuerte», que también es grande, y el danés mediano, «de gran corpulencia, el cuerpo cuadrado, más bien corto que largo», el pecho ancho, el cuello «corto y gordo», la cabeza tan grande que parece «la parte más grande del cuerpo» (Louis Ligier, La Nouvelle Maison Rustique, 1777). También se les conoce como «perros de corral» porque se les ata en los corrales y se les suelta por la noche para ahuyentar a ladrones y depredadores; de acuerdo con su función, deben ser «especialmente vigilantes y buenos guardianes». El abate Rozier describe al mastín, que tiene menos patas que el mastín, con «la cabeza casi redonda, la nariz aplastada y los labios colgantes». Es el más grande, el más fuerte y el más valiente de todos los perros (...). (...) Con frecuencia se les adiestra para la lucha, y entonces se vuelven extremadamente feroces».
En el siglo XVIII, las peleas de animales despegaron en Francia. En la década de 1770, se instaló una arena en la calle de Sèvres de París para celebrar festivales. Después, en 1778, se construyó una arena con capacidad para 20.000 espectadores en la esquina de la rue de Meaux, en la carretera de Pantin, y el lugar pasó a llamarse barrière o place du Combat (más tarde place du Colonel-Fabien). Los domingos y días festivos, los gran daneses se enfrentaban a toros, osos, lobos, jabalíes, burros y otros perros; también se practicaban corridas de toros a la española. El establecimiento cría sus propios perros. Estas exposiciones se celebraron allí hasta 1833. Aunque las razas locales de gran danés se desarrollaron en Francia, probablemente se importaron ejemplares ingleses en varias ocasiones para proporcionar alimento a las corridas. En el siglo XIX, el bulldog era un fijo en la escena canina parisina, asociado a carniceros y chevillards (carniceros mayoristas), para quienes seguía siendo un perro de trabajo, de compañía y de pelea.
En las revistas y libros sobre perros de finales del siglo XIX, así como en las exposiciones caninas, aparecían mastines de diversos tipos, orígenes y funciones, algunos de los cuales eran perros de pelea, pero el suroeste parecía ser una importante región de anclaje - debido a la proximidad geográfica, es probable que estos perros compartieran vínculos de parentesco con sus homólogos españoles. En Burdeos, las corridas de toros y las exposiciones caninas se habían establecido desde mediados del siglo XVIII, diversificándose más tarde en peleas de perros contra otros animales o compañeros caninos. En 1781, Antonio Franconi, pionero de la tauromaquia y del circo ecuestre en Francia, organizó estos espectáculos.
Estos espectáculos fueron prohibidos por el ayuntamiento de Burdeos en 1791, y luego autorizados de nuevo en 1793, ya que eran reclamados con urgencia por las peticiones de los habitantes de la ciudad. Un cartel del 10 Floréal An II (29 de abril de 1794) anuncia una «gran pelea de animales» en el antiguo picadero de Laquerrière (rue Rougier), organizada por el ciudadano Fleurichaud, «conductor de bestias feroces», con «la gran batería de mastines que lucharán boca a boca», seguida de peleas entre los perros y un lobo, un asno, un oso pirenaico, un oso polaco y un toro que «hará volar a los mastines hasta 6 metros de altura». En 1834, por ejemplo, la prensa local anunció una pelea entre dos perros, «el invencible César» y otro, «el perro más fuerte de Burdeos».
En el siglo XIX, los habitantes del suroeste de Francia se referían a los mastines de Toulouse, Aquitania, Midi, Gascuña o Burdeos. Según los autores, había dos tipos principales - entre un areópago del que las pruebas iconográficas de la época muestran la gran diversidad: un gran danés grande, de más de 50 kg, y un perro más pequeño, fornido, tipo bulldog, de cara aplastada, de 30 a 40 kg; el modelo de hocico más largo y mandíbulas poco prognáticas se cita a veces como el del gran danés toulousain.
El nombre de Dogo de Burdeos se oficializó en la primera exposición canina francesa de 1863, en la que el macho Magenta, propiedad del Sr. Radigué, ganó el primer premio; el otro ejemplar era Toto, propiedad del Sr. Geudin; según el informe de los jueces, este Magenta, «de la gran raza de Burdeos», de 70 cm a la cruz, leonado, sin máscara negra, era el único perro interesante de todas las razas presentes. La inscripción para la exposición de las Tullerías de 1865 menciona al Dogo de Burdeos, «de gran tamaño, bien conocido», con un pelaje blanco, blanco y negro, leonado atigrado, o leonado, el color preferido. El ganador fue Bataille, de 67 cm, propiedad del Sr. Fontan, un parisino de la región de Burdeos, uno de los primeros criadores de la raza en la era canina, propietario también del abuelo de Bataille, Mina, que se hizo famoso como perro de pelea en el suroeste. La raza fue criada por primera vez por Pouy, Carré, Schmalzer, Oblan, Blanchet, Deland, Vaurez y el criadero del Jardín de Aclimatación. El perro de pelea Caporal (62 cm, 54 kg), propiedad del Sr. Delant, es un semental importante.
En su primera monografía sobre la raza (Le Dogue de Bordeaux, 1896), el veterinario y fundador de la revista L'Éleveur Pierre Mégnin acusó a Fontan y a otros criadores, Oblan y Guayraud, de haber introducido Mastines Ingleses en su cabaña. Un debate que iba a ocupar a los aficionados durante la fase de construcción de la raza canina fue, por tanto, la admisión o la prohibición del mastín negro. En el seno de la Réunion des amateurs des chiens d'utilité français se creó un comité del dogo de Burdeos que redactó un breve estándar prohibiendo la máscara negra, publicado por Pierre Mégnin en su opuscule.
Otros puntos, aún más importantes para distinguir la raza de los mastines ingleses y españoles, se debatieron acaloradamente a principios del siglo XX entre los criadores y entre dos clubes de raza, uno fundado en París y el otro en Burdeos: el tamaño, la longitud del hocico y el prognatismo.
Este enfoque constituye el núcleo de la obra del cinófilo, que representa una culminación decisiva del proceso de categorización: al dividir el patrimonio canino en unidades de producción independientes, las razas modernas, se conservaron ciertas características dentro de cada una y se descartaron otras, basándose tanto en imperativos funcionales como en elecciones estéticas. Como ocurre a menudo con una raza en construcción, conservar ciertos rasgos y descartar otros es objeto de debate; en el caso de los Bordelais, la controversia ha sido encarnizada. El modelo que finalmente surgió pretendía ser un mastín que representara algo así como un intermedio entre un bulldog y un mastín.
En 1910, Joseph KUNSTLER, profesor de zoología en la Universidad de Burdeos y conservador del Museo de Historia Natural de Burdeos, criador y juez, publicó una monografía con un nuevo estándar (que incluía la máscara negra, de la que era partidario), que guiaría la selección. Cabe señalar que entre 1898 y 1921, Kunstler reunió en el Museo una colección de 70 perros naturalizados de diversas razas, cuyos montajes taxidérmicos se realizaron bajo su dirección; cinco dogos de Burdeos figuraban en esta colección. La Société des Amateurs de Dogue de Bordeaux fue fundada en 1930, reconocida por la SCC, y dirigida por los principales criadores de la época: Barès, su presidente, Kunstler, de Luze, de Saint Affrique, Favereau, Roullet, Jagourt y Barthe. La raza sufrió mucho durante la 2ª Guerra Mundial, pero algunos criadores del suroeste pudieron mantener un pequeño rebaño a partir del cual se reinició la selección y se importó un semental belga, V'Patch.
Después de la guerra surgieron criadores importantes: Maurice Van Cappel (de Fénelon), que introdujo un mastín en su línea, Mme Martinet (de Cerbère), Mme de Permangle (de Fon de Cé), Mme Langlais (de Récollets du Lude), M. Averlant (de Démons Noirs), Melle Fourcade, M. Brégeot (de Little Pady), M. Pouit (de Goise). A principios de los años 50, se registraban entre 60 y 80 LOF al año, después las cifras descendieron: a principios de los años 60 sólo había una veintena de registros al año.
Raymond Triquet (de La Maison des Arbres), profesor de inglés en la Universidad de Lille, futuro miembro de la comisión zootécnica de la SCC y futuro presidente de la comisión de normas de la FCI, iba a ser el principal artífice del renacimiento. Le siguieron la Sra. Everaerts (de Lupango d'Ostrevent), el Sr. Forest, el Sr. Létendart (de Domaine des Sources), el Sr. y la Sra. Bèbe (de Moulin de Laparra), el Sr. Guignard (de Berse du Loup) y el Sr. Amet (de Fontaine aux Amours). En 1971, el Sr. Triquet redactó un nuevo estándar (revisado en 1995 y 2007), y asumió la presidencia del club en 1972; más tarde escribió una monografía detallada (La saga du Dogue de Bordeaux, 1997). Se importaron reproductores de Alemania y en 1975 se inscribieron 97 perros en el LOF, cifra que aumentó a 143 en 1976. A partir de entonces, la raza siguió desarrollándose, de forma lenta pero segura. En la década de 2000, se vio impulsada por la afición del público a los molosos. En 2007, el número de registros de LOF había superado la marca de los 1.000. El dogo de Burdeos está ahora bien establecido en muchos países amantes de los perros, sobre todo en Europa del Este, EE.UU. y el Reino Unido, donde fue introducido a finales del siglo XIX.
Las dos guerras mundiales hicieron que la raza prácticamente desapareciera en el siglo XX. En la década de 1950 se intentó volver a criar al dogo de Burdeos con los animales que quedaban. Y fue un éxito, ya que, en 1954, la FCI reconoció la raza oficialmente. Desde entonces, está clasificado con el número de estándar 116 en el grupo 2 de la FCI (perros tipo pinscher y schnauzer – Molosoides – Perros tipo montaña y boyeros suizos). En la década de 1960, la raza experimentó por fin su auge también fuera de Francia. Este poderoso dogo, con su característica cara arrugada, alcanzó su máxima popularidad en 1989, cuando compartió protagonismo con Tom Hanks en la película Socios y sabuesos. No obstante, no fue hasta 2008 que la raza obtuvo el reconocimiento pleno en el American Kennel Club.
¿CÓMO ES EL DOGO DE BURDEOS?
APARIENCIA GENERAL: Típico moloso braquicefálico de líneas cóncavas. El Dogo de Burdeos es un perro muy fuerte con un cuerpo muy musculoso, pero manteniendo una línea general armoniosa. Su estructura es más bien cerca del suelo, la distancia esternón – suelo es algo menor que la profundidad de pecho. Fornido, atlético e imponente, su aspecto es muy disuasivo.
PROPORCIONES IMPORTANTES:
- El largo del cuerpo medido desde la punta del hombro a la punta del isquion es superior que la altura a la cruz en una proporción de 11 / 10.
- La profundidad de pecho es mayor que la mitad de la altura a la cruz.
- El largo máximo del hocico es igual a un tercio del largo de la cabeza.
- El largo mínimo del hocico es igual a un cuarto del largo de la cabeza.
- En los machos, el perímetro del cráneo corresponde más o menos a la altura a la cruz.
CABEZA: Voluminosa, angular, ancha, más bien corta, trapezoide vista de arriba y de frente. Los ejes longitudinales del cráneo y el puente nasal son convergentes (hacia el frente). La cabeza está cubierta de arrugas, a ambos lados del surco central. Estas cuerdas profundas de arrugas son móviles dependiendo si el perro está atento o no. El pliegue que va desde el ángulo interno del ojo al ángulo de la boca es típico. Si está presente, el pliegue que va desde el ángulo externo del ojo al ángulo de la boca o la papada debe ser discreto.
REGIÓN CRANEAL:
CRÁNEO:
- MACHOS: El perímetro del cráneo medido a nivel de su ancho máximo corresponde aproximadamente a su altura a la cruz.
- HEMBRAS: puede ser menor. Su volumen y forma son la consecuencia de un desarrollo muy importante de los temporales, arcos supra orbitales, arcos cigomáticos y los espacios de la mandíbula inferior. La región superior del cráneo es levemente convexa de un lado al otro. El surco frontal es profundo disminuyendo hacia el final posterior de la cabeza. La antecara domina la cabeza, pero no la sobrepasa. De todas formas, es más ancha que alta.
STOP: Muy pronunciado, casi formando un ángulo recto con el hocico. (95º - 100º)
REGION FACIAL:
TRUFA: Ancha, ventanas nasales bien abiertas, bien pigmentada acorde al color de la máscara. Se permite una trufa inclinada hacia arriba pero no si está hacia atrás, dirigida hacia los ojos.
HOCICO: Fuerte, ancho, grueso, pero no carnoso debajo de los ojos, más bien corto, perfil superior algo cóncavo con pliegues moderadamente visibles. Su ancho decrece levemente hacia la punta; vista desde arriba tiene una apariencia general cuadrada. Con relación a la parte superior del cráneo la línea del hocico forma un ángulo muy obtuso ascendente.
Cuando la cabeza es sostenida horizontalmente, la punta del hocico, truncado y grueso en la base, está enfrente a una tangente vertical a la cara anterior de la trufa. Su perímetro por lo general es de dos tercios al de la cabeza. Su largo varía entre un tercio y mínimo un cuarto del largo total de la cabeza, desde la trufa a la cresta occipital. Los límites establecidos (máximo un tercio y mínimo un cuarto del largo total de la cabeza) son permitidos, pero no buscados, el largo ideal del hocico debe estar entre estos dos extremos.
MANDÍBULAS: Mandíbulas fuertes y anchas. Prognatismo (el prognatismo es una característica de la raza). La parte posterior de los incisivos inferiores están por delante y no en contacto con la cara anterior de los incisivos superiores. La mandíbula inferior se curva hacia arriba. El mentón está bien marcado y nunca debe sobrepasar el labio superior exageradamente ni estar cubierto por él.
DIENTES: Fuertes, particularmente los caninos. Los caninos inferiores colocados bien separados y levemente curvados. Incisivos bien alineados especialmente en la mandíbula inferior donde forman una línea aparentemente recta.
LABIOS: Labio superior grueso, moderadamente pendular, retráctil. Visto de perfil muestra una línea inferior redondeada. Cubre la mandíbula inferior a los costados. En el frente el borde del labio superior está en contacto con el labio inferior, luego cae a ambos lados lo que forma una V invertida y amplia.
MEJILLAS: Prominentes debido al muy fuerte desarrollo de los músculos.
OJOS: De forma oval colocados bien separados. El espacio entre los dos ángulos interiores de los párpados es igual a dos veces el largo del ojo (apertura del ojo). Expresión franca. El tercer párpado no debe estar visible.
- COLOR: de avellana a marrón oscuro para un perro con máscara negra, se tolera un color más claro, pero no es buscado en perros con máscara marrón o con ausencia de máscara.
OREJAS: Relativamente pequeñas de un color algo más oscuro que el manto. En su inserción, el frente de la base de la oreja es levemente elevado. Deben ser caídas, pero no colgar; el borde anterior pegado a las mejillas cuando el perro está atento. El borde de las orejas redondeado levemente; no debe llegar más abajo del ojo. Inserción bastante alta, a nivel de la línea superior del cráneo lo que acentúa aún más su ancho.
CUELLO: Muy fuerte y muscular, casi cilíndrico. La piel es fina, flexible, abundante y suelta. El promedio de su circunferencia casi igual al de la cabeza. Está separado de la cabeza por un pliegue transversal levemente acentuado, levemente curvado. El borde superior es levemente convexo. La papada bien definida comienza a nivel de la garganta formando pliegues hacia el pecho, sin que cuelguen exageradamente. El cuello, muy ancho en su base se fusiona suavemente con los hombros.
CUERPO:
LÍNEA SUPERIOR: Bien sostenida.
CRUZ: Bien marcada.
DORSO: Ancho y muscular.
LOMO: Ancho. Más bien corto y sólido.
GRUPA: Moderadamente descendente hacia la base de la cola.
PECHO: Fuerte, largo, profundo, ancho, descendiendo más abajo del nivel de los codos. Antepecho amplio y fuerte cuya línea inferior (inter axilar) es convexa hacia el final. Costillas bien descendidas y bien arqueadas, pero no en forma de barril. La circunferencia del pecho debe ser entre 25 a 35 cm. más que la altura a la cruz.
LÍNEA INFERIOR Y ABDOMEN: Curvada desde el pecho profundo hacia un abdomen algo retraído y firme. Nunca debe ser pendular ni demasiado retraído.
COLA: Muy gruesa en la base. La punta llegando preferentemente a la altura del corvejón y no por debajo. Porte bajo, nunca quebrada ni curvada, pero si flexible. Colgante cuando el perro está tranquilo, generalmente elevándose de 90º a 120º desde esa posición cuando el perro está en acción sin curvarse sobre el dorso o enroscarse.
EXTREMIDADES:
MIEMBROS ANTERIORES: Estructura ósea fuerte, miembros muy musculosos.
HOMBROS: Fuertes, músculos prominentes. La inclinación de la escápula media (aprox. 45º del horizontal), ángulo de la articulación escápulo-humeral algo mayor que 90º.
BRAZO: Muy musculoso.
CODOS: En el eje del cuerpo, nunca demasiado pegados al tórax ni inclinados hacia fuera.
ANTEBRAZO: Visto de frente, derecho o levemente inclinado hacia adentro acercándose al plano medo, especialmente en perros con un pecho muy amplio. Visto de perfil vertical.
METACARPO: Fuerte. Visto de perfil algo inclinado. Visto de frente, algunas veces levemente hacia fuera compensando la leve inclinación del antebrazo hacia adentro. Pies anteriores: Fuertes. Dedos cerrados, uñas curvadas y fuertes, almohadillas bien desarrolladas y elásticas: el Dogo de Burdeos está bien parado sobre sus dedos a pesar de su peso.
MIEMBROS POSTERIORES: Extremidades robustas con una fuerte estructura ósea. Bien anguladas. Visto de atrás los posteriores son paralelos y verticales lo que da la impresión de fuerza, aunque la parte posterior no sea tan ancha como el frente.
MUSLO: Muy desarrollado, grueso con musculatura visible.
RODILLA: En plano paralelo al plano medio o levemente hacia fuera.
PIERNA: Relativamente corta, musculada, descendiente.
CORVEJÓN: Corto, tendinoso, su ángulo moderadamente abierto.
METATARSO: Robusto, sin espolones. Pies posteriores: Algo más largos que los anteriores, dedos apretados.
MOVIMIENTO: Elástico para un moloso. Cuando camina el movimiento es libre y elástico, pegado al suelo. Buen empuje desde el posterior, buena extensión de los miembros anteriores especialmente durante el trote que es el movimiento preferido. Cuando el trote es acelerado la cabeza tiende a bajar, la línea superior se inclina hacia el frente y los pies anteriores se juntas más hacia el plano medio dando pasos hacia fuera con un movimiento de largo alcance de los miembros anteriores. El medio galope con un movimiento vertical bastante importante. Capaz de gran velocidad en distancias cortas pegado al piso.
PIEL: Gruesa, suficientemente suelta, sin excesivos pliegues.
MANTO: Fino, corto y suave al tacto.
COLOR: Todas las tonalidades de leonado desde caoba a isabella. Se desea una buena pigmentación. Se permiten manchas blancas delimitadas en el antepecho y en las extremidades de los miembros.
MÁSCARA:
- MÁSCARA NEGRA: La máscara por lo general solo levemente extendida y no debe invadir la región craneal. Puede haber un sombreado levemente negro sobre el cráneo, orejas, cuello y parte superior del cuerpo. La trufa es negra.
- MÁSCARA MARRÓN: (Generalmente llamada roja o bistre). La trufa es marrón, la pigmentación de los párpados y el borde de los labios marrones. Puede haber sombreado marrón no invasivo; cada pelo debe tener una zona leonada o color arena y una zona marrón. En este caso las partes inclinadas del cuerpo son de un color más claro.
- SIN MÁSCARA: El pelo es leonado: la piel aparece roja (Anteriormente llamada “máscara roja”). La nariz puede ser rojiza.
TAMAÑO Y PESO: La altura debe corresponder en más o en menos al perímetro del cráneo.
ALTURA A LA CRUZ:
- MACHOS: 60 – 68 cm.
- HEMBRAS: 58 – 66 cm.
Se tolera 1 cm. por debajo o 2 cm. por encima de estos límites.
PESO:
- MACHOS: Mínimo 50 Kg.
- HEMBRAS: Mínimo 45 Kg.
FALTAS: Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar y de sus consecuencias sobre la salud y el bienestar del perro.
FALTAS GRAVES:
- Cabeza desproporcionada (demasiado pequeña o exageradamente voluminosa).
- HIPERTIPO BULLDOG: cráneo plano, hocico con medida inferior a un cuarto del largo total de la cabeza, pliegues abultados (rollos) detrás de la trufa).
- Pliegues importantes alrededor de la cabeza.
- Desviación lateral importante de la mandíbula inferior.
- Incisivos permanentemente visibles cuando la boca está cerrada. Incisivos muy pequeños, colocación despareja.
- Dorso arqueado (Convexo).
- Vértebras de la cola fusionadas, pero no desviadas.
- Pies anteriores inclinados hacia adentro (aun levemente).
- Pies anteriores inclinados demasiado hacia fuera.
- Muslos planos.
- Ángulo del corvejón demasiado abierto (Angulación recta).
- Ángulo del corvejón demasiado cerrado, el perro parado debajo de sí mismo en el posterior.
- Corvejón de vaca o abarrilado.
- Movimiento forzado o severo movimiento ondulante del posterior.
- Respiración excesivamente corta, carraspeo.
- Blanco en la punta de la cola o en la zona delantera de los miembros anteriores, sobre el carpo (muñeca) y tarso (corvejón) o blanco sin interrupción en el frente del cuerpo desde el antepecho a la garganta.
FALTAS DESCALIFICANTES:
- Agresividad o extrema timidez.
- Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento.
- Cabeza larga y estrecha con un stop insuficientemente pronunciado, con un hocico midiendo más que un tercio del largo total de la cabeza (ausencia de tipicidad de la cabeza).
- Hocico paralelo a la línea superior del cráneo o convexo.
- Nariz romana.
- Mandíbula torcida.
- Boca no prognática.
- Caninos constantemente visibles cuando la boca está cerrada.
- Lengua constantemente visible cuando la boca está cerrada.
- Ojos azules.
- Ojos protuberantes.
- Cola anudada y desviada a los lados, torcida. (cola enroscada, quebrada).
- Cola atrofiada.
- Frente de violín y tarsos cortos.
- Ángulo del corvejón abierto hacia atrás (corvejón invertido).
- Blanco sobre la cabeza o cuerpo, cualquier otro color del manto que leonado (sombreado o no) y en un atigrado particular o marrón sólido llamado “chocolate” (cada pelo totalmente marrón).
- Defectos identificables de invalidez
N.B.:
- Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
- Sólo los perros funcional y clínicamente saludables, con la conformación típica de la raza, deberán usarse para la crianza.
LA SALUD DEL DOGO DE BURDEOS
Las siguientes enfermedades son típicas en el Dogo de Burdeos y se previenen mediante un correcto estilo de vida y las pruebas típicas de salud antes del cruce.
DISPLASIA DE CADERA: La displasia de cadera es una enfermedad multigénica y osteoarticular que puede ser hereditaria y degenerativa. Por ello, pueden existir diferentes factores con los que intentar prever si la enfermedad puede ser desarrollada o no. Es necesario tener en cuenta que, aunque pueda ser una enfermedad hereditaria, no siempre tiene por qué desarrollarse ya que es posible que el perro no lo transmita a sus descendientes.
DISPLASIA DE CODO: La displasia de codo canina es una enfermedad que consiste en múltiples anomalías en la articulación del codo. La articulación del codo es una articulación compleja formada por tres huesos (el radio, el cúbito y el húmero) . Si esos tres huesos no encajan a la perfección como consecuencia de alteraciones de crecimiento, se produce una distribución anómala del peso sobre distintas zonas de la articulación, lo que causa dolor, cojera y hace que se desarrolle artritis. La displasia de codo es una enfermedad que comprende varias alteraciones agrupadas en enfermedad del espacio medial (fragmentación de la apófisis coronoides, osteocondrosis, incongruencia de codo y anomalías del codo) y en falta de unión de la apófisis ancónea. La causa de la displasia de codo canina no está clara.
HIPOTIROIDISMO: El hipotiroidismo es un desequilibrio hormonal común en los perros y generalmente es causado por la inflamación o contracción de la glándula tiroides. Esta destrucción progresiva de la glándula conduce a una disminución de la función tiroidea y a niveles insuficientes de hormonas tiroideas. El hipotiroidismo se observa típicamente en perros de mediana edad a edad avanzada, y se produce más comúnmente en perros de razas medianas a grandes.
SÍNDROME BRAQUICEFÁLICO: Entre los principales signos y síntomas clínicos se encuentran; respiración agitada, disnea, intolerancia al ejercicio, paladar blando elongado, reflujo, tos, estornudos, ronquido o estridores, síncopes, cianosis y signos que aumentan con temperaturas ambientales altas, con el ejercicio o la excitación. La dificultad respiratoria y los ronquidos después de haber realizado ejercicio moderado, en ambientes y/o climas húmedos, son los primeros signos clínicos de este síndrome, y le siguen los síncopes y episodios de cianosis después del ejercicio o con el estrés. Esta enfermedad se previene realizando las pruebas de salud oportunas y la BOAS antes del cruce.
CARDIOMEGALIA: La cardiomegalia es cuando el corazón de un perro se agranda. No es una enfermedad en sí pero es la consecuencia de una serie de problemas de salud, como hipertensión, gusanos del corazón, valvulopatías y otras enfermedades que afectan la estructura del corazón en si.
Hay dos tipos de cardiomegalias a groso modo, la causada por dilatación, es decir, el corazón se dilata o crece y la causada por la hipertrofia ventricular en la que el corazón crece por incremento de bombeo de sangre.
Ambas son serias para la salud del perro y puede provocar insuficiencia cardiaca.
Los síntomas que debemos de tener en cuenta para sospechar de una cardiomegalia en nuestro perro es la fatiga, dificultad para respirar tras hacer ejercicio, mareos, latidos irregulares y soplos.
TORSIÓN DE ESTÓMAGO: Se trata de una distensión aguda del estómago, que provoca una torsión sobre sí mismo. Este retorcimiento impide la vascularización del órgano.
Se produce en perros adultos grandes, generalmente después de comidas copiosas seguidas de esfuerzo físico como carreras o saltos.
El estómago repleto de comida, produce poca peristalsis por su excesivo llenado y se comienza a llenar de gas.
La cantidad de gases sigue aumentando, los ligamentos que unen el estómago a la musculatura no son capaces de aguantar esa presión y ceden provocando que el estómago se retuerza sobre su eje.
Cuando se produce la dilatación y la posterior torsión, el estómago no es capaz de vaciar su contenido. Además, los vasos que lo irrigaban quedan estrangulados con la torsión y el órgano deja de recibir sangre.
LA PERSONALIDAD DEL DOGO DE BURDEOS
Este perro no se altera tan fácilmente. El dogo de Burdeos, también conocido como mastín de Burdeos o francés, es, literalmente, un gigante manso. Es sereno, bondadoso y apegado. Disfruta a tope de la compañía de su familia y es un acompañante obediente y pacífico. Cuenta con un umbral de tolerancia y excitación alto y no se suele alterar con el griterío de los niños. Quiere a todos los miembros de la familia, pequeños y grandes, y es feliz cuando están todos reunidos.
Quien quiera tener un perro dogo de Burdeos debe saber algo de adiestramiento canino y mostrar aplomo. Al fin y al cabo, aparte de sus muchos rasgos positivos, esta raza también tiene un instinto protector y guardián innato que hay que saber encauzar con el adiestramiento correcto. Con confianza mutua, coherencia y mucho refuerzo positivo, la educación y la convivencia suelen ser fáciles y armoniosas. Como es lógico, conservará la necesidad de vigilar su propiedad y proteger a su familia.
CONCLUSIÓN
El dogo de Burdeos es un perro extremadamente tranquilo que se contenta con un poco de ejercicio. Por eso, si buscas desafíos físicos que quieras superar junto a tu perro, es mejor que busques una raza más deportista. Debido a su volumen, el perro dogo de Burdeos no es apto para acompañarte a correr o ir en bicicleta.
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