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LAS ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES EN LAS RATAS
INTRODUCCIÓN
Las ratas, al igual que todos los seres vivos, pueden enfermar por muy bien cuidadas que estén; algunas enfermedades son más comunes que otras por su utilización en el ámbito médico (cura del cáncer) o por ignorancia de los propietarios, quienes no les aportan los cuidados necesarios, no se dan cuenta de ello o provocan, inconscientemente, dichas enfermedades (como la maloclusión y la pododermatitis).
A continuación, podremos leer sobre algunas de las enfermedades más frecuentes en estas mascotas, las cuales deben ser tratadas siempre por un veterinario de exóticos.
¿CUÁLES SON LAS ENFERMEDADES MÁS FRECUENTES EN LAS RATAS DOMÉSTICAS?
SARNA: La sarna puede ser de tres tipos diferentes pero todos tienen algo en común: Es producida por ácaros.
- SARNA SARCÓPTICA: Es muy contagiosa y suele afectar a las zonas más sensibles de la piel, pudiendo tardar varias semanas en dar síntomas.
- SARNA DEMODEX: Poco habitual en ratas, muestra sus síntomas en animales inmunodeprimidos. No es contagiosa al hombre.
- SARNA OTODÉCTICA: Afecta a las orejas y se contagia por contacto directo. Puede producir otitis y síndrome vestibular (cabeza ladeada). Un tratamiento rápido es fundamental.
MICROFTALMIA: La “microftalmia” sucede cuando uno o ambos ojos son más pequeños de lo que deberían ser. Aquí hay un fuerte factor genético y, según su gravedad, puede conllevar o no ceguera.
QUISTES BENIGNOS: En algunos casos pueden surgir quistes tras peleas, golpes o sin razón aparente; muchos de estos quistes son sebáceos (de grasa) o acúmulos de piel muerta/suciedad. Estos quistes no son preocupantes y suelen desaparecer con el tiempo, aunque algunos requieren tener que ser vaciados cada pocos días.
ALOPECIA: La alopecia (aquella que no tiene nada que ver con el tipo de pelo de la rata) puede surgir debido a diversos problemas de salud, tanto físicos como mentales, y requieren de atención veterinaria. Las causas pueden ser hongos, parásitos externos, estrés, obsesiones (arrancarse el pelo) o problemas hormonales.
ECTOPARÁSITOS: Las ratas pueden ser afectadas por las pulgas, los piojos y las garrapatas, en bastante poco común en ejemplares que viven en el interior pero puede suceder. En este caso, acudiremos al veterinario para que nos de el desparasitaste necesario (lo aplicaremos en todas las ratas que vivan en la jaula) y limpiaremos a fondo la jaula y sus accesorios.
COLA ANILLADA O "RING TAIL": El “ring tail” o “cola anillada” es una de las enfermedades pertenecientes a la dermis (piel). Ocurre con más frecuencia en lactantes y ratas jóvenes, ambientes con poca humedad (>20%) o suelos de malla metálica.
Las colas de las ratas tienen una regulación térmica muy escasa y, todos estos factores mencionados, terminan provocando provocando lesiones sanguinolentas y necrosis en la cola, los casos graves acaban en amputaciones. El tratamiento depende de la gravedad del caso.
LEISHMANIA: La “leishmania” es una enfermedad frecuente en las ratas salvajes y poco común en las domésticas, estimándose que el 33% de las ratas salvajes de Barcelona son portadoras. Los síntomas más frecuentes (de mostrarse) son lesiones en la piel y todavía está en estudio si las ratas portadoras de esta enfermedad pueden ser un peligro para los perros.
TIÑA: Las lesiones cutáneas causadas por la tiña (un hongo) son áreas escamosas y alopécicas aunque, a veces, podemos encontrar también enrojecimiento y picazón. La tiña puede contraerse por contacto directo con el hongo (bien a través de objetos contaminados u otros animales afectados), pero parece ser que el estrés y una alimentación incorrecta pueden propiciarlo.
"MALA GENÉTICA" O "GENÉTICA NO CUIDADA": El cuidado de la línea genética es muy importante ya que no prestar atención a este aspecto puede acarrear importantes consecuencias a corto, medio o largo plazo. En ocasiones encontramos ratas que presentan problemas físicos o mentales (sobre todo, físicos) que merman irremediablemente su calidad de vida y, esto se da, por proceder de una línea de cría incorrecta o “abusiva”. ¿Qué es una línea de cría “abusiva”? Lejos de todo tipo de explotación hacia la madre (cosa que sí sucede en las granjas de cría de mascotas), una línea de cría “abusiva” sería aquella que tiene un índice de consanguinidad excesivo; bien es cierto que el “linebreeding” (padres x hijos x nietos) y el “inbreeding” (hermano x hermana) puede ser muy beneficioso si la línea de cría es sana y, el criador, sabe como usarlo (ya que se potenciará todo lo bueno y todo lo malo) y sabe cuándo abrir la línea para “sanearla”. Cuando esto no sucede (por la razón que sea) surgen los problemas, como la malformación que encontramos en el ejemplo de arriba. También pasa en líneas “no consanguíneas” pero portadoras de diversas afecciones, por eso hay que informarse y mirar muy bien a quién se compra.
MALOCLUSIÓN: Todos los seres vivos que poseen mandíbula pueden sufrir de “maloclusión” o “prognatismo” siendo, en las ratas y otros animales roedores o lagomorfos, una patología grave. Esto sucede cuando la mandíbula superior o inferior es más larga (o corta) de lo que debería, provocando que los incisivos no encajen los unos con los otros (en casos más raros puede afectar a las muelas), impidiendo que se desgasten correctamente y crezcan de manera exagerada. La casa de esta afección es, generalmente, genética, pero también puede deberse debido a una alimentación inadecuada, un mal desgaste (sin poder roer) o traumatismos. Una maloclusión no tratada (corte de dientes o extirpación de los mismos), puede acabar en lesiones peores, como anorexia, mutilación (al clavarse), deshidratación, infecciones o muerte del animal. Estos animales no deben reproducirse nunca.
LEPTOSPIROSIS: La leptospirosis es muy, muy infrecuente en ratas “domésticas” pero habitual en las “salvajes”; se trata de una bacteria que habita en la orina y que se adquiere solo por contacto directo a través de alimentos, agua u objetos contaminados.
MYCOPLASMOSIS: La “mycoplasmosis” es la afección respiratoria más frecuente en las ratas y, la mayoría de ellas, son portadoras desde el nacimiento, habiéndolo adquirido de la madre a través de la placenta. Muchas de estas ratas portadoras no muestran síntomas y tienen una vida larga pero, en el caso de presentarlos, son complicados de eliminar, siendo grave y muy contagiosa, pudiendo acarrear problemas cardíacos.
Esta bacteria se puede adquirir también de lechos polvorientos (serrín), suciedad (vapores de orina), alergias o por contacto con infectadas.
PODODERMATITIS: La “pododermatitis” es una afección cutánea que se localiza en los pies de muchos roedores domésticos. Es una enfermedad compleja que sucede por muchos factores (obesidad, suelos muy duros, exceso de humedad, falta de higiene, baja movilidad o jaulas demasiado pequeñas), la piel se enrojece, sangra y supura, pudiendo producirse necrosis y, en el peor de los casos, la muerte
CONJUNTIVITIS: La “conjuntivitis” es una infección ocular frecuente y poco preocupante si se trata a tiempo, aunque su agravamiento puede ser rápido y se contagia con facilidad. La causa más probable de este proceso infeccioso es un sustrato inadecuado o un ambiente viciado (sucio) que irrita los ojos, en el caso de ratas de pelo largo un cabello también puede causar la infección al meterse en el ojo, además de otras causas, como el entropión. Si no se trata puede causar ceguera.
CÁNCER: Las ratas son extremadamente propensas a desarrollar tumores de diversos tipos; esto es a causa de que, durante décadas, se ha propiciado su aparición en estos animales para su posterior estudio en laboratorios. Tanto machos como hembras corren el riesgo de padecerlo, no habiendo un mayor índice en uno u otro sexo, aunque los cánceres de mama son más comunes en hembras que en machos. Este tipo de tumores pueden reducirse si la rata es esterilizada, pero las operaciones son muy arriesgadas en este tipo de animales, debido a esto no se recomienda en absoluto como método de prevención.
Es muy importante la detección temprana para evitar que crezcan demasiado o se extiendan. Con suerte, la recuperación tras la operación es rápida y positiva.
OBESIDAD: El abuso de caprichos (golosinas) es una de las causas más habituales de obesidad en las ratas “domésticas” pero, la falta de ejercicio, es otra de ellas. Una rata obesa es una rata enferma, la grasa creará “rollos” que, con la fricción, pueden producir hongos o úlceras que terminen infectadas, así como problemas respiratorios, cardíacos y reproductivos entre otros.
ACCIDENTES CEREBRO-VASCULARES: Los “accidentes cerebro-vasculares” o “ictus” suceden cuando un coágulo tapona un vaso sanguíneo del cerebro, provocando un infarto. La mayoría de ratas que sufren uno de estos procesos fallecen en el acto o a las pocas horas, mientras que aquellas que sobreviven pueden terminar con lesiones importantes que mermen su vida en mayor o menor grado. Los “ictus” pueden producir, en el caso de vivir, secuelas motrices o visuales entre otras.
PIOMETRA: Las “piometras” son conocidas, comúnmente, como “infecciones de útero”, esto sucede cuando una bacteria entra en el aparato reproductor durante el celo o la monta, reproduciéndose cuando el cuello del mismo se cierra. Los problemas hormonales, como los embarazos psicológicos, pueden ser también la causa de que aparezcan estas infecciones tan peligrosas.
EPILEPSIA: La epilepsia es una enfermedad más común en las ratas de los que la gente piensa, esto debido a los experimentos realizados en ellas para encontrar las causas y curas de estas crisis. Algunas de las causas de la epilepsia en las ratas pueden ser: Vasculares (trombos), anomalías congénitas (hidrocefalia), procesos inflamatorios (meningitis), infecciones (virus, bacterias…), tóxicos (envenenamiento), traumáticos, tumores o procesos degenerativos.
ÚLCERAS: Una úlcera es una lesión similar a un cráter en la piel o membrana mucosa. Se forma cuando se han quitado las capas superiores de la piel o tejido. Se puede presentar en la boca, el estómago y otras partes del cuerpo. Las úlceras pueden ser causadas por inflamación golpe o infección. Algunas pueden ser causadas por un cáncer.
OTITIS: La “otitis” es una inflamación (generalmente del oído medio) provocada por una infección. Este tipo de infecciones suelen pasar por hongos o humedad y, además de ser muy dolorosa y molesta para el animal, su continuidad en el tiempo sin tratamiento puede conllevar “síndrome vestibular” (cabeza ladeada) y sordera. En casos crónicos que no se solucionan aun poniendo todos los medios posibles una solución es pasar por quirófano y extirpar el oído, cerrando posteriormente el canal auditivo.
SÍNDROME VESTIBULAR: El “síndrome vestibular” o “síndrome de la cabeza torcida” puede darse en una gran multitud de animales y, según la especie, es más frecuente en una u otra patología pero, una de las causas más habituales de este síndrome es la otitis avanzada. En este caso podemos observar a la rata con la cabeza ligeramente torcida (en los casos más graves puede dejarla paralela al suelo). Los animales que sufren de “síndrome vestibular” se muestran muy mareados, caminan en círculos, se caen (andando o parados), las pupilas se les mueven sin control) o pueden vomitar (si tienen esa capacidad). Es muy importante el ir al veterinario si vemos estos síntomas en nuestra rata para que pueda buscarse la causa y dar un tratamiento apropiado.
Algunos animales, aun recibiendo el alta, no pueden recuperar nunca la postura correcta.
ABSCESOS: Los “abscesos” son, en pocas palabras, granos “importantes”. Pueden ser bolsas de pus de mayor o menor tamaño, y pueden surgir por problemas internos (maloclusión) o infecciones adquiridas a través de heridas. Normalmente se abren solos y curan bien, en otros hay que drenarlos en quirófano.
CÁLCULOS RENALES O URINARIOS: Los cálculos renales o urinarios no son habituales en las ratas, pero pueden presentarse en casos de ejemplares mal alimentados; un exceso de calcio en la comida o en el agua hace que los riñones se esfuercen demasiado en “trabajar” para limpiar el organismo de ese exceso de calcio, lo que produce cristales. Estas piedras (o cristales) son muy dolorosos y a veces requieren de intervención médica para poder ser expulsados. Algunos síntomas de esto son dificultades para orinar, dolor y sangrado.
CEGUERA: La ceguera es la incapacidad de ver a causa de una enfermedad (congénita o hereditaria), malformación en la estructura ocular, enfermedad o traumatismo. Esta patología es mucho más frecuente en las ratas de ojos rosados o rojos, así como en las de edad avanzada.
Las ratas ciegas pueden llevar una buena calidad de vida (siempre que su entorno se adapte a ellas) gracias a sus bigotes, con los cuales se orientan y “dibujan” mentalmente lo que les rodea junto al resto de sus sentidos.
VISITAS PERIÓDICAS AL VETERINARIO
Al igual que sucede con todos los demás animales las ratas de “fantasía” deben ir a varias revisiones veterinarias a lo largo del año, de esta forma podremos asegurarnos de que su salud es buena y, en el caso de encontrarnos con algún problema, este podrá atajarse lo antes posible.
Las ratas pertenecen a lo que, en veterinaria, conocemos como “animales exóticos”, así que debemos buscar un veterinario que sea especialista en este tipo de animales. Un veterinario “común” (perros y gatos) no suele tener unos conocimientos lo suficientemente extensos como para poder tratar o diagnosticar a este tipo de mascotas. La mejor opción es decidirnos por un veterinario que tenga servicio de urgencias 24 horas, de esta forma podremos acudir ante cualquier emergencia.
Las revisiones veterinarias deben realizarse cada seis meses. Durante estas revisiones deberemos prestar especial atención al aparato respiratorio de la rata, ya que las infecciones pulmonares parecen ser comunes en estos animales. Una infección respiratoria sin tratar acabará matando a nuestra mascota, ya que le imposibilitará el respirar bien, le provocará fiebre y, dicha infección, puede trasladarse a otros órganos próximos como el corazón, así como acabar en la sangre.
Lo mejor es hacer coincidir estas revisiones con la llegada del invierno y la llegada del verano, de esta forma podremos prepararnos ante las dos estaciones más importantes y que más patologías suelen causar.
En estas revisiones bianuales no solo revisaremos el aparato respiratorio, sino que también realizaremos un examen coprológico (estudio de las heces) para detectar parásitos internos y, en el caso de que de positivo, desparasitar con el producto más adecuado para ese tipo de parásito. Si nuestra rata sale a la calle es recomendable hacer estos estudios con mucha más frecuencia, ya que es bastante más fácil que adquieran parásitos paseando por un parque público que viviendo en casa, en estos casos lo mejor es realizarlos cada tres meses.
La dentadura de nuestras ratas también es muy importante, es una de las cosas que nosotros debemos vigilar en casa ya que unos dientes rotos, picudos o que no coinciden bien (maloclusión) pueden producir problemas muy serios en nuestras ratas, como anorexia, úlceras, perforaciones, infecciones o la muerte.
Las uñas son otra de las cosas que nosotros tenemos que revisar en casa, si estas crecen en exceso pueden acarrear varios problemas, no solo que nos causen heridas al arañarnos por accidente, sino también en la propia rata, ya que pueden producirse problemas articulares y óseos al no pisar bien, heridas (al curvarse las uñas y clavarse) e incluso problemas de espalda. El criador de nuestras ratitas puede enseñarnos cómo y con qué contar las uñas de estas adorables mascotas y, en el caso de que nos de miedo hacerlo o no nos sintamos seguros, podemos acudir nuestro veterinario de cabecera para que lo hagan ellos en la consulta.
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