Su nombre ya lo dice todo: el conejo azul de Viena proviene de Austria. No solo es precioso por su brillante pelaje...
Si tenemos un gato y un conejo, sabemos que algunos objetos pueden ser en común: podrían compartir la caja de arena y los juguetes por ejemplo. ¡Quizás incluso intenten probar la comida del otro mientras no estamos mirando! Y en este caso, ¿es algo de lo que deberíamos preocuparnos?
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