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¿CÓMO MANIPULAR A NUESTRO HÁMSTER?
CONOCIENDO A TU HÁMSTER
Cuando compre un hámster, asegúrate siempre de que quien lo venda lo manipule en tu presencia. Nunca compres un hámster que haya sido perseguido por todo el hábitat hasta una caja o que haya sido atrapado por alguien que lleva guantes de seguridad, esto puede indicarnos que ese animal no está socializado, que nadie le ha manipulado hasta ese momento o que el vendedor le tiene miedo.
Cuando llegues a casa, coloca el hábitat en un lugar donde no se produzcan corrientes de aire ni le de la luz solar directa. Déjalo allí durante la noche para que el hámster se acomode y se acostumbre a su nuevo entorno (no olvidemos que son nocturnos). Hablarle en voz muy baja y suave, ofreciéndole golosinas como fruta, ensalada o pollo hervido sin sal puede ayudar a que se sienta más cómodo y confíe más en nosotros.
Acércate siempre al hámster con suavidad y sin movimientos bruscos para no asustarlo. Si está dormido, golpea suavemente la jaula o el nido para despertarlo y déjalo salir del nido. Nunca agarres al hámster mientras esté dormido en su nido, eso solo le asustará y podría morderte.
EMPIEZA A TOMAR A TU HÁMSTER
Las primeras veces que lo sujetes, puede que sea mejor quitar la parte superior del hábitat, si es posible, para que puedas coger al hámster más fácilmente sin tener que perseguirlo. Es una buena idea colocar el hábitat dentro de una caja grande primero, de modo que cuando levantes la parte superior de la jaula, el hámster no pueda escaparse.
Puedes levantar a tu hámster colocando una mano firme pero suavemente alrededor de su cuerpo, con la cabeza apuntando hacia tu muñeca y colocándola inmediatamente en la palma de tu otra mano, o puedes ahuecar ambas manos y levantar a tu hámster. Cualquiera de las dos formas es adecuada, usa la que te resulte más fácil.
Levanta al hámster con cuidado a unos centímetros de la jaula, de modo que si se te escapa de las manos, no se caiga ni se lastime. Habla con suavidad y en voz baja mientras sostienes al hámster y acarícialo con delicadeza, evitando tocarle la cabeza. Si lucha por escapar de tu agarre, nunca lo sujetes con más fuerza, ya que puedes lastimarlo y podría morderte.
Por lo tanto, si se resiste, déjalo caer y unos segundos después intenta levantarlo de nuevo. Repite este proceso hasta que se sienta más seguro en tu mano. Una vez que sepa que no vas a lastimarlo y ambos tengan más confianza, verás a tu hámster esperando salir para que lo manipules.
A los hámsteres también les gusta sentarse en tu brazo, que se mantiene cerca de tu cuerpo y se sostiene con la otra mano, lo que los hace sentir seguros y a salvo. Es una buena idea no darle a tu hámster una casa durante las primeras semanas, ya que esto puede hacer que sea más difícil animarlo a salir. Una vez que el hámster se acostumbre a tu voz, puedes presentarle la casa si así lo deseas.
UN PEQUEÑO CONSEJO
Una regla que hay que recordar es asegurarse siempre de tener las manos limpias antes de manipular a tu hámster. No ven muy bien y dependen de su sentido del olfato, así que si has estado comiendo algo rico, como golosinas, etc., es posible que te muerdas el dedo pensando que es algo rico. Por último, como medida de higiene, lávate siempre las manos de nuevo una vez que hayas terminado de manipular a tu hámster.
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